· Si los ciudadanos más responsables, más honestos, más esforzados, más trabajadores, se desentienden de la cosa pública, es imposible hacer algo a quienes quieren hacer las cosas bien.
· Uno comienza a encontrar, sorprendentemente, mucha gente que pelea las mismas cosas, con los mismos desgastes y las mismas frustraciones. Gente muy valiosa, respetable, seria, que viene trabajando, haciendo cosas que por ahí no se ven, que son las que no se notan, las que no salen en los diarios…
· Uno tiene que tratar de construir con todos, incluso con los que piensan diferente o con los que actúan diferente. La sociedad somos todos y la verdad es que hay que construir con todos.
· El ámbito de la política en nuestro país se deterioró mucho y es un ámbito difícil y muy conflictivo. Sin embargo, no es tan negro ni tan terrible como a veces lo tenemos pronosticado o diagnosticado. En éste espacio pasa más o menos lo que pasa en todos los espacios en o que uno vive o transita cotidianamente en su vida… La sociedad argentina está impregnada, en todos lo ámbitos, de cosas buenas y de cosas malas.
· La cultura disociativa, la cultura de no agruparse, parece que está instalada no sólo en la dirigencia política, empresarial, sindical, sino en nuestros propios ámbitos de la sociedad.
· Otro de esos disvalores o patologías que nos han ido afectando socialmente tiene que ver con la falta de esfuerzo para lograr las cosas con el respeto mutuo, con la conducta cívica.
· Los cambios y las transformaciones en nuestro país no van a ser, de ninguna manera, al corto plazo… La cosa es pensarse a 10 años, a 20 años, y que lo que uno tiene que tener es una visión estratégica.
· La dirigencia no sólo tiene que recoger demandas sino que tiene que proponer caminos.
· Tenemos que trabajar en grupos. Todo hay que hacerlo en grupo y en equipos, no se pueden seguir concibiendo los proyectos políticos o proyectos ciudadanos en base a personalismos.
· Lo que más importa -más que la discusión ideológica- es la convicción, la seriedad, la integridad, la honestidad intelectual y la honestidad ética, el compromiso y la vocación que uno le ponga a un trabajo o proyecto determinado.
· Con liderazgos positivos, todo grupo tiende a potenciarse en lo positivo.
· La dirigencia que tenemos es una dirigencia de transición… Además, carga tensiones claramente no superadas. Los más jóvenes que hoy están empezando a construirse en dirigentes políticos, entre los 20 y pico y los 40 y pico, cargan menos mochilas que todos los dirigentes que hoy están disputando los lugares de toma de decisiones.
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Para leer la Conferencia completa
· Uno comienza a encontrar, sorprendentemente, mucha gente que pelea las mismas cosas, con los mismos desgastes y las mismas frustraciones. Gente muy valiosa, respetable, seria, que viene trabajando, haciendo cosas que por ahí no se ven, que son las que no se notan, las que no salen en los diarios…
· Uno tiene que tratar de construir con todos, incluso con los que piensan diferente o con los que actúan diferente. La sociedad somos todos y la verdad es que hay que construir con todos.
· El ámbito de la política en nuestro país se deterioró mucho y es un ámbito difícil y muy conflictivo. Sin embargo, no es tan negro ni tan terrible como a veces lo tenemos pronosticado o diagnosticado. En éste espacio pasa más o menos lo que pasa en todos los espacios en o que uno vive o transita cotidianamente en su vida… La sociedad argentina está impregnada, en todos lo ámbitos, de cosas buenas y de cosas malas.
· La cultura disociativa, la cultura de no agruparse, parece que está instalada no sólo en la dirigencia política, empresarial, sindical, sino en nuestros propios ámbitos de la sociedad.
· Otro de esos disvalores o patologías que nos han ido afectando socialmente tiene que ver con la falta de esfuerzo para lograr las cosas con el respeto mutuo, con la conducta cívica.
· Los cambios y las transformaciones en nuestro país no van a ser, de ninguna manera, al corto plazo… La cosa es pensarse a 10 años, a 20 años, y que lo que uno tiene que tener es una visión estratégica.
· La dirigencia no sólo tiene que recoger demandas sino que tiene que proponer caminos.
· Tenemos que trabajar en grupos. Todo hay que hacerlo en grupo y en equipos, no se pueden seguir concibiendo los proyectos políticos o proyectos ciudadanos en base a personalismos.
· Lo que más importa -más que la discusión ideológica- es la convicción, la seriedad, la integridad, la honestidad intelectual y la honestidad ética, el compromiso y la vocación que uno le ponga a un trabajo o proyecto determinado.
· Con liderazgos positivos, todo grupo tiende a potenciarse en lo positivo.
· La dirigencia que tenemos es una dirigencia de transición… Además, carga tensiones claramente no superadas. Los más jóvenes que hoy están empezando a construirse en dirigentes políticos, entre los 20 y pico y los 40 y pico, cargan menos mochilas que todos los dirigentes que hoy están disputando los lugares de toma de decisiones.
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